La economía de nuestro país, desde la elección del modelo de concentración y exclusión, repite cíclicamente situaciones que decantan en el perjuicio de los actores más vulnerables, entre los que se encuentran las micro y Pymes, tanto urbanas como rurales.

Para encarar con un sentido diferente la redistribución de la riqueza, es necesario tomar decisiones que contemplen la aplicación de políticas segmentadas a partir de una recategorización real del sector, frenar la caída en la rentabilidad en las pequeñas y medianas empresas, controlar el accionar de los formadores de precios y grupos intermediarios, mejorar el acceso al financiamiento, modificar el regresivo régimen tributario, regular las importaciones en alza, fortalecer el mercado interno y el desarrollo de las economías regionales.

El tema de inflación está relacionado con identificar a los verdaderos responsables. Las razones del aumento no están justificadas en aumentos de insumos, ya sean internos o externos, ni en el aumento de mano de obra (que incide en porcentuales ínfimos sobre el costo final del producto), sino en la voracidad de las 500 empresas lideres, concentrados formadores de precios, que además se favorecen con la política de subsidios estatales, tales como Acindar, Techint, Monsanto, La Serenísima, Molinos Cañuelas, Molinos Río de la Plata, Aceitera General Deheza, Cargill, etcétera.

Es imprescindible la recuperación del diálogo igualitario con los distintos sectores, para discutir un modelo que modifique la concepción político-social que hasta hoy permite a los grandes grupos económicos, tanto de la ciudad como del campo, mantener e incluso incrementar sus súper rentas en detrimento de los pequeños y medianos productores y de la mayoría de la población.

Buenos Aires, 09 de mayo de2008

Mesa Directiva

APYME
Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios