Este domingo 16 de agosto celebraremos por primera vez el Día del Empresario Nacional, instituido por la ley 27.108, que se sancionó el 17 de diciembre de 2014 en el Congreso de la Nación.

Desde la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME) hemos venido acompañando activamente el proyecto con autoría del diputado Carlos Heller desde su gestación hasta su conversión en ley, junto con otras organizaciones empresarias y sociales.

Este día recuerda la conformación, el 16 de agosto de 1953, de la Confederación General Económica (CGE), presidida por José Ber Gelbard, que logró agrupar a una parte significativa de los empresarios nacionales de la ciudad y del campo.

El programa de la CGE en pos de un genuino desarrollo local fue resistido por la vieja oligarquía, los terratenientes y la gran burguesía entrelazada con el capital extranjero, y sólo llegó a plasmarse durante la gestión de Gelbard al frente del Ministerio de Economía en el periodo 1973 – 1974, cuando se puso en marcha un proyecto nacional independiente del poder económico y las multinacionales.

En el marco de una compleja trama histórica, esa gestión buscó poner en marcha un programa de contenido nacional, democrático y popular, junto con los trabajadores organizados y las fuerzas progresistas de la sociedad, que fue desmantelado por el Rodrigazo y la dictadura cívico militar de 1976 para imponer el programa neoliberal a sangre y fuego.

En los ’90 se terminó de concretar esa política de destrucción del aparato productivo nacional, el mercado interno y el entramado Pyme, y se instauró el ciclo de valorización financiera, apertura, desregulación, endeudamiento externo, reducción del Estado y privatizaciones que culminó en la crisis de 2001 y 2002.

Hoy, tras 12 años de trabajosa recuperación de políticas activas, soberanas e industrialistas estamos convencidos de que sólo es posible desarrollarnos como Nación en el marco de un proyecto que dé continuidad a estas premisas y acometa las materias pendientes.

Como ha ocurrido en otras etapas de nuestra historia, estamos ante la disyuntiva de avanzar hacia el desarrollo y profundización de un proyecto nacional o retroceder hacia políticas de subordinación a los poderes económicos locales y globales, que buscan descargar en los países menos desarrollados el costo de una formidable crisis desatada por la voracidad de los capitales especulativos.

Por estos motivos, en este 16 de agosto, junto con todo el empresariado comprometido con el destino de nuestro país, decimos NO a todo proyecto que buque reinstaurar el Estado mínimo, la desregulación y el imperio de  “los mercados” y los organismos internacionales por sobre los intereses de los argentinos.

Por el contrario, postulamos el accionar estratégico de un Estado que promueva la distribución equitativa del ingreso, la planificación industrial y de la política agropecuaria, la innovación y la integración productiva local y regional, con protagonismo de miles de micro, pequeñas y medianas empresas que junto con los trabajadores y demás sectores populares conforman un tejido económico, social y cultural esencial en todo el territorio argentino.

En este sentido desde APYME llamamos dar los debates necesarios, con participación de todos los actores sociales y el Estado, para discutir y poner a la consideración pública los lineamientos de un programa nacional que nos permita seguir avanzando hacia la Argentina con desarrollo inclusivo y soberano que en este día se reivindica.